Esto sucedió hace mucho, mucho tiempo, cuando la noche era aún más oscura.
La Noche, como una niña inquieta, sentía envidia del Día, pues ella siempre se preguntaba por qué cuando el sol aparecía con el Día, todos salían a admirarlos, en cambio, cuando la Noche llegaba, todos se escondían en sus casas y no volteaban a mirarla.
Cada día sucedía lo mismo. La Noche intentaba llamar la atención de todos, pero cuando empezaba a oscurecer, todos iban a sus casas y dormían hasta que amaneciera.
Un día muy especial del mes de Diciembre, un hombre y su esposa, quienes estaban esperando un bebé, viajaban buscando refugio bajo la noche en Belén. La noche que los contemplaba (ya que eran de las pocas personas que ella había mirado), fue testigo de cómo nadie les brindaba un espacio para que pudieran descansar, así que ella con su enorme Luna brillante los guió hacia un pequeño ranchito abandonado donde se pudieron recostar.
La mujer al llegar, sintió un gran alivio, pero a la vez empezó a sentir que su bebé ya quería nacer. La noche no cabía de alegría, no podía creer que por primera vez iba a estar presente en el nacimiento de un bebé.
Unos minutos más tarde nació el bebé, tan bello y tierno que la Luna brillaba mucho más que nunca sobre la Noche. Cuando sus padres lo abrazaron y lo llamaron Jesús, el pequeño volteó su mirada hacia el cielo y le regaló una sonrisa a la Noche que lo veía con gran emoción.
La Noche nunca había sentido algo parecido. Nunca la habían mirado y nunca le habían sonreído, por lo que aquella pequeña y sincera sonrisa, la conquistó y provocó en ella tanta conmoción que de pronto, inadvertidamente cerca de su luna, apareció una brillante y pequeña estrella, con la cual prometió al niño recordarlo siempre.
La noche notó que a partir de ese día, gracias a la estrella que se había iluminado en ella, algunos se asomaban a mirarla. Así que desde entonces, la Noche decidió iluminar una estrella en honor al nacimiento de cada niño para nunca abandonar la alegría que llevaba en su alma y recordar a todos aquellos que ahora disfrutan de ella y sus estrellas, porque en los detalles más pequeños, se encuentra la verdadera felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario