jueves, 27 de octubre de 2011

La Ley de Dar




Si quieres felicidad, dale felicidad a otros. Si quieres amor, aprende a amar a los demás. Si quieres atención y aprecio, aprende a dar atención y aprecio; si quieres abundancia material, ayuda a otros a tener abundancia.

De hecho, la manera más fácil de obtener lo que quieres es ayudando a otros a obtener lo que quieren. Este principio opera para individuo, corporaciones, sociedades y naciones.

Si quieres ser bendecido con todas las cosas buenas en la vida, aprende a bendecir silenciosamente a todos con las cosas buenas en la vida.

Hasta pensar en dar, pensar en bendecir, o una simple oración tiene el poder de influir a los demás. El pensamiento tiene el poder de transformación. Cuando aprendes a dar aquello que buscas, activas y montas la coreografía de la danza con movimientos exquisitos, energéticos y vitales que constituyen el eterno palpitar de la vida.

La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación, es tomar la decisión de que en cualquier momento que entres en contacto con otra persona, le darás algo. No tiene que ser algo material, puede ser una flor, un cumplido o una oración, de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales.

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