Cuando conocemos el poder de nuestro pensamiento, a veces nos suceden cosas en la vida que percibimos como negativas y nos preguntamos: “¿Por qué ocurrió esto?” “¿Qué fue lo que hice mal?” “¿Cómo pude causar esto con mi pensamiento?” “¿Qué pasa conmigo?¿cómo es que todo me cuesta tanto trabajo?” Esta manera de pensar nos puede llevar a un estado de pánico mental que nos lanza al pasado tratando de encontrar respuestas. Lo que he aprendido cuando esto me pasa, es que este tipo de preguntas no me asiste a expandir mi conciencia. Por eso, es mejor hacernos preguntas tales como:
¿Qué puedo aprender de esta situación?
¿Cómo puedo hacerlo mejor la próxima vez?
¿Qué necesito saber?
¿Qué debo aprender… o des-aprender?
¿De qué modo debo cambiar mi manera de pensar?
¿A qué me estoy aferrando?
¿Qué debo soltar?
Te sorprenderás que la mayoría de las veces es una cuestión de control, y lo que necesitamos aprender es dejar de querer controlar todo y a todos. Después de muchas “guerras interiores” he llegado a la conclusión de que cuando las cosas no suceden tal como las deseamos, es porque hay algo dentro de nuestra alma que está clamando por expandirse.
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