Por
diferentes motivos, a muchos de nosotros nos ha llegado el momento de ver o escuchar
a nuestros padres pelear, y es que en toda familia, sea como sea la estructura
que ésta tenga, siempre van a existir pequeñas discusiones o desacuerdos entre
los miembros que la conforman.
El
divorcio es entendido legalmente como la disolución total e irrevocable entre
los miembros de un matrimonio. Visto con cierto positivismo, algunos consideran
que es un “mal” que evita males mayores.
Recuerdo
que hace algunos años escuché los lamentos de una de mis amigas cuando sus
padres le anunciaron que se iban a divorciar. Fue catastrófico para ella el
hecho de saber que esos seres, que con tanto amor le habían dado la vida,
estaban ahora pensando en dejarlo todo y seguir cada quien “por su camino”. Y
no es para menos, los padres son lo más importante que cualquier ser humano
posee.
Como
hijos e hijas conscientes y responsables de nuestro rol, muchas veces nos toca
jugar un papel de mediadores ante esta seria situación, pero lo más prudente es
que sólo brindemos nuestra opinión cuando sea verdaderamente necesaria, pues
por el hecho de estar enojados, puede que nuestros padres nos resulten un tanto
bruscos y hostiles si les hacemos algún comentario al respecto. En estos casos,
lo mejor que podemos hacer es escucharlos atentamente y con nuestra actitud
demostrarles que lo que está pasando entre ellos también nos afecta a nosotros,
que nos duele ver que se peleen tanto y que aunque las cosas no anden bien en
su matrimonio, los amamos a ambos por igual.
Hay
muchos, que como hijos llegan incluso a sentirse culpables de la ruptura de sus
padres, pero esto, está muy lejos de ser cierto y no ayuda en lo absoluto a que
la situación mejore. Así que, como alguien que ya ha pasado por eso, te
recomiendo que tomes las cosas con calma y que dejes que ellos resuelvan sus
problemas de la manera que consideren más conveniente.
Si
alguno de los dos o los dos llegan a comportarse de mala manera contigo, se lo
más paciente y tolerante posible, recuerda que es importante que tú los
comprendas también y que tengas en mente que ellos en realidad son buenas
personas pero que lastimosamente están atravesando por un momento difícil.
Si
tienes hermanos o hermanas, ayúdales también siendo muy optimista y haciéndoles
ver, que tarde o temprano, las cosas siempre mejoran.
¡Ah!
Recuerda, por el bien de toda tu familia, no te aproveches de la situación: no
hagas que se molesten más entre ellos pidiendo algo a uno cuando sabes que el
otro te lo negaría, esta actitud es mala y sólo hace que el resentimiento
crezca. Al contrario, haz que se den cuenta de lo maravilloso que es estar en
familia y así ya no quieran separarse.
Y
tú, ¿has pasado por una situación así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario