viernes, 11 de mayo de 2012

Entre mis padres y el divorcio



Por diferentes motivos, a muchos de nosotros nos ha llegado el momento de ver o escuchar a nuestros padres pelear, y es que en toda familia, sea como sea la estructura que ésta tenga, siempre van a existir pequeñas discusiones o desacuerdos entre los miembros que la conforman.

El divorcio es entendido legalmente como la disolución total e irrevocable entre los miembros de un matrimonio. Visto con cierto positivismo, algunos consideran que es un “mal” que evita males mayores.

Recuerdo que hace algunos años escuché los lamentos de una de mis amigas cuando sus padres le anunciaron que se iban a divorciar. Fue catastrófico para ella el hecho de saber que esos seres, que con tanto amor le habían dado la vida, estaban ahora pensando en dejarlo todo y seguir cada quien “por su camino”. Y no es para menos, los padres son lo más importante que cualquier ser humano posee.

Como hijos e hijas conscientes y responsables de nuestro rol, muchas veces nos toca jugar un papel de mediadores ante esta seria situación, pero lo más prudente es que sólo brindemos nuestra opinión cuando sea verdaderamente necesaria, pues por el hecho de estar enojados, puede que nuestros padres nos resulten un tanto bruscos y hostiles si les hacemos algún comentario al respecto. En estos casos, lo mejor que podemos hacer es escucharlos atentamente y con nuestra actitud demostrarles que lo que está pasando entre ellos también nos afecta a nosotros, que nos duele ver que se peleen tanto y que aunque las cosas no anden bien en su matrimonio, los amamos a ambos por igual.

Hay muchos, que como hijos llegan incluso a sentirse culpables de la ruptura de sus padres, pero esto, está muy lejos de ser cierto y no ayuda en lo absoluto a que la situación mejore. Así que, como alguien que ya ha pasado por eso, te recomiendo que tomes las cosas con calma y que dejes que ellos resuelvan sus problemas de la manera que consideren más conveniente.

Si alguno de los dos o los dos llegan a comportarse de mala manera contigo, se lo más paciente y tolerante posible, recuerda que es importante que tú los comprendas también y que tengas en mente que ellos en realidad son buenas personas pero que lastimosamente están atravesando por un momento difícil.

Si tienes hermanos o hermanas, ayúdales también siendo muy optimista y haciéndoles ver, que tarde o temprano, las cosas siempre mejoran.

¡Ah! Recuerda, por el bien de toda tu familia, no te aproveches de la situación: no hagas que se molesten más entre ellos pidiendo algo a uno cuando sabes que el otro te lo negaría, esta actitud es mala y sólo hace que el resentimiento crezca. Al contrario, haz que se den cuenta de lo maravilloso que es estar en familia y así ya no quieran separarse.

Y tú, ¿has pasado por una situación así?

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