“Bioética: Cultura de la Vida”
¿Se están perdiendo los valores?
Nosotros mismos, cuando vemos a un automovilista ignorando la luz roja o a los pasajeros echando papeles por las ventanas, afirmamos que los valores son escasos. “Hay que inculcar valores”, repiten los medios, los gobernantes y los padres de familia. Sí, coincidimos todos, pero la situación es cada vez más alarmante.
Es tiempo de hablar de bioética, sabiendo a que nos estamos refiriendo ya que es la que orienta nuestra conducta y en base a ella decidimos como actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida.
La bioética es el conjunto de conocimientos adquiridos a través de moral, buenas costumbres, para preservar una cultura que prolongue la vida de la humanidad.
Cuando se habla de ética o de moral, inmediatamente se piensa en un grupo de señoras arrugando el ceño, señalando con un dedo acusador. Pero no nos damos cuenta de que cada uno de nuestros actos, desde que abrimos los ojos hasta que los cerramos por la noche, está marcado por nuestra propia ética y moral. El tema nos concierne. Es imposible que no nos involucre íntimamente.
En el campo de la ética y la moral los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. Por ejemplo; en un paisaje, un paisaje hermoso; en una sociedad, una sociedad tolerante; en un sistema político, un sistema político justo; en una acción realizada por alguien, una acción buena; y así sucesivamente.
De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismos y con los demás; una vida que valga la pena ser vivida y en la que podamos desarrollarnos plenamente como personas.
Sin duda alguna la moral y las buenas costumbres son importantes. Ya que estos le dan sentido y mérito a los demás. De poco sirve tener muy buena salud, ser creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y objetos bellos, si no se es justo, bueno, tolerante u honesto, si se es una mala persona, un elemento dañino para la sociedad, con quien la convivencia es muy difícil.
Frente a todo lo expuesto anteriormente les puedo decir, que cualquier ser humano para serlo plenamente, debería ser libre y aspirar a la igualdad entre los hombres, ser solidario y respetar activamente su propia persona y las demás personas, trabajar por la paz y por el desarrollo de los pueblos, conservar el medio ambiente y entregárselo a las generaciones futuras no peor de lo que lo hemos recibido, hacerse responsable de aquellos que se le han sido encomendados y estar dispuestos a resolver mediante el dialogo los problemas que puedan surgir con aquello que comparten con él el mundo y la vida.
“Si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos”.
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